sábado, 6 de agosto de 2011

[Relato] La Caída de un Héroe: Fortaleza, Pasión y Venganza. Capítulo 2: Mercenarios.


CAPITULO 2: Mercenarios.

Desde que Dominusnecis dejó a Labo solo, han pasado ya casi un año entero y como es de esperarse, el joven brujo se ha convertido en un mago muy respetado en Ventormenta, aunque claro, él solo se hace pasar por un mago.

Ahora mismo, Dominusnecis o Dominus como lo apodaron de cariño en el barrio de los magos, se encuentra en Costasur a donde fue enviado por un comandante para realizar trabajos contra los Renegados que avanzaban.

Las noticias hace unos meses han llegado a “Dominus”, la plaga ha arrasado Lordaeron y todos los habitantes de la zona han sido convertidos en esbirros del Rey Lich, incluyendo todos esos soldados que abandonaron el ejercito de la Alianza en Kalimdor para defender sus familias; Lordaeron, Remól, Andorhal, Castel Darrow, Villa Darrow, Cruce de Corin, Stratholme y Quel’Thalas, todo en ruinas, lo único que sobrevivió fue Costasur pero está siendo asediada por los renegados que quieren hacerse con su control.

-Joven mago, no creo que puedas encargarte solo de estos guardias.-Dice el alguacil de 
Costasur con algo de preocupación expresada en su rostro.
-¡No cree que pueda encargarme solo! Patrañas, puedo enfrentarme con todos esos guardias al mismo tiempo.
-Si quieres sobrevivir a cualquier batalla, nunca debes subestimar al enemigo.
-Si dice que no puedo solo contra esos viles renegados ¿qué hará?
-Hace unos días, Ventormenta nos envió a una humana, es maga y es de las mejores magas que conozco, su nombre es Lisbeth.
-¿Insinúa que debo ir con ella?
-Cálmate, las mujeres también podemos ser buenas en el combate.- Dice una bella mujer mientras entra en la sala del alguacil.
-No lo dudo, pero aún pienso que puedo enfrentarme a esta misión solo.
-¿Tienes miedo se hacer equipo conmigo? Jajajaja.
-¿Miedo de hacer grupo contigo? No es eso, solo que me estorbarías.
-Creo que será al contrario, te advierto que no estaré pendiente de salvarte la vida.
-Que insolente eres.
-Y tú que terco eres.
-Dominusnecis, Lisbeth, ambos deben trabajar juntos para llevar esta misión al éxito, los renegados que deben asesinar están cerca de Molino Tarren, con que acaben con 10 será suficiente para debilitar las defensas de Molino Tarren, confío en los dos, ¡adelante!

Ambos humanos se dirigieron a Molino Tarren para acabar con algunos de sus guardias pero no podían evitar seguir con sus tontos enfrentamientos de palabra por el camino.

-Espera, cállate.
-¿Ahora me callas? Ni hablar.
-Que guardes silencio.
-Oblígame.
-Mira es uno de los guardias, ahora cállate.
-Es un huesudo, acabemos con él de una buena vez.

El guardia parecía débil de apariencia, era solo un no-muerto cualquiera, aparentemente.

-¡Al ataque!
-¿Un humano? Jajajaja acabaré con él silenciosamente.

El vil renegado al ver el “ataque cuerpo a cuerpo” por parte de Dominusnecis, se volvió invisible confundiendo al brujo y a la maga.

-¡¿Dónde está?!
-No lo sé, no puedo verlo.
-Con que el humano no viene solo, ¡acabare con tu amiga primero!

El renegado apareció a la espalda de Lisbeth y con una daga envenenada amenazando su cuello se echó a reír.

-Ayúdame Dominusnecis.
-Si te acercas, tu amiga se muere.
-Canalla, suéltala.
-¿Quieres enfrentarte a mi?
-Por supuesto.
-Así será.

El renegado soltó a Lisbeth y de nuevo se volvió invisible.

-¡Deja de esconderte!
-¡Muere maldito humano!

El renegado apareció de repente abalanzándose sobre Dominusnecis con intención de atravesarlo con su inmunda daga.

Mientras el asqueroso no-muerto saltaba sobre Dominusnecis, este invocó su fiel Abisario y usó el sacrificio del mismo para protegerse del ataque, inmediatamente después, utilizó un hechizo maligno que causaba que el oponente sintiera un miedo temible hacia el brujo y aprovechando la ocasión, enfermó al renegado con 3 de sus maldiciones más poderosas y lo dejó en el suelo sufriendo de inmenso dolor mientras moría.

-E…eres un brujo… por la luz ¡eres un brujo!
 -Sí, lo soy, pero no soy malvado ni pertenezco al culto de los malditos, solo creo que tengo 
más talento controlando la mágia vil que la arcana, es todo.
-Debo avisarle al alguacil.
-No lo hagas por favor, te lo suplico, te salvé la vida y me debes un favor.
-Está bien, solamente trata de mantener esa magia corrupta lejos de mí.

Lisbeth se volvió hacia el renegado y atravesó su pecho con un proyectil de hielo dándole lo que ella consideraba una “muerte digna”.

Luego de esa batalla, las demás batallas contra los guardias fueron un poco más sencillas y rápidamente regresaron con el alguacil de Costasur, bañados en sangre y con una gran sonrisa.

-¿Disfrutaron asesinando a los renegados?
-La verdad yo no, eso es de salvajes.
-Yo sí, no merecían más que una muerte violenta.
-Eres muy perverso, me das miedo.
-Bueno chicos, están muy sucios, llenos de sangre y deben estar cansados, les recomiendo quedarse en la posada y tomar un buen baño pero sobretodo, descansar porque mañana será un día difícil para ustedes.
-¿Por qué lo dice?
-Pienso contratarlos como mercenarios de Costasur, incluso estoy considerando regalarles una casa de la ciudad, por supuesto una que esté vacía.

Los jóvenes maga y brujo dichosos con la noticia de tener un “trabajo” por tiempo indefinido, se dirigieron a la posada donde cada quien tomo un baño y debido a los pocos cuartos que quedaban, se vieron obligados a compartir cuarto al menos por esa noche.

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