jueves, 21 de abril de 2011

[Relato] La Caída de un Héroe. Capítulo 3. La Plaga en Lordaeron.

Capitulo 3: La Plaga en Lordaeron.

Los soldados de la Alianza, al igual que los soldados del grupo en la horda, se acercan cada vez más a los Bosques de Vallefresno dónde un grupo grande de Elfos Nocturnos los esperan para unirse a las fuerzas.

Uligar, el dotado mago, ha tomado un portal hacia ciudad capital en Lordaeron para ver como marchan las cosas, lleva unas cuantas horas y todos en Kalimdor esperan su regreso junto con anheladas buenas noticias.

-Esperaremos aquí al mago de la Alianza mientras descansamos, si nos movemos es probable que no nos encuentre.- Dijo el líder del grupo de orcos.

El tiempo transcurre muy lentamente y en el aire se siente las tenciones entre Alianza y Horda.

-¡Miren allá, es Uligar!
- Señor Uligar, por favor cuéntenos que sucede en Lordaeron.
-Aquí tengo la lista de poblados y ciudades que ha invadido el azote…por favor tengan calma, puede que sean malas noticias para la mayoría.
-¡¿Qué dijo?! ¡¿Acaso entendí que el azote atacó varios poblados y ciudades?!
-Así es, son varios.

-Habla por favor de una vez, los nervios me están matando.
-La mitad de los ciudadanos de ciudad capital, han muerto, pero la ciudad sigue en pié. El poblado de Rémol, el más cercano a ciudad capital, ha sido invadido y destruido por completo. El azote avanzó al oeste y la ciudad de Andorhal, o lo que quedaba de Andorhal, ya no existe. Al parecer se han establecido temporalmente allí en Andorhal pero planean muy pronto continuar hacia el oeste y luego hacia el norte, al parecer su objetivo es Quel’Thalas; se teme que arrasen también con Villa Darrow y el Cruce de Corin por esa razón han sido enviados los mejores soldados a esas zonas.
-¡Villa Darrow!- Gritó el soldado que hace unos días contaba la historia de él y su familia contra la plaga- ¡Debo ir ahora mismo para proteger a mi familia!
- Calma soldado, no puedo darte un barco solo a ti para que te dirijas a Lordaeron.
- Él no irá solo, porque yo también debo ir a Lordaeron a asegurarme que mi familia se encuentre bien.

Al momento, varios de los soldados comenzaron a levantarse de sus asientos diciendo lo mismo 
“Debo asegurarme que mi familia esté bien”.

-De acuerdo, debido a que son tantos los soldados que quieren volver a Lordaeron, pueden volver a donde desembarcamos y tomar uno de los barcos.
- Gracias general, realmente le agradezco.
- No hay porque agradecerme soldado. Tienen 20 minutos para despedirse de los que no van.

Respectivamente, los soldados comenzaron a despedirse de aquellos con los que por lo menos entablaron una conversación.

-Adiós Dominusnecis, cuídate.
-Adiós y espero que tu familia se encuentre sana y salva, Uligar.
-Yo también lo espero y por favor, no te vayas a morir o haber salvado tu vida antes hubiera sido inútil.
-Lo intentaré.
-De aquí en adelante la batalla será difícil, la legión ardiente es temible, así que cuídate mucho.
- Bien, gracias.

Los soldados continuaron su camino hacia los Bosques de Vallefresno, mientras que los que querían volver a Lordaeron, tomaron rumbo a lo que ahora se conoce como Durotar.
Los días se harán largos mientras Alianza y Horda caminan hacia su destino en Monte Hyjal.
Al fin han llegado a Astrannar donde se encontrarían con los elfos nocturnos y el viaje hacia Monte Hyjal continua.

-Ahora debemos ir por Frondavil, los Furbolg de allí nos ayudaran a atravesar el lugar más fácilmente, luego tendremos que atravesar casi por completo Cuna del Invierno, pueden existir muchos peligros pero de nuevo los Furbolg de ese lugar nos podrán ayudar; debemos tener cuidado, es un camino largo y culebrero.- Dijo el líder de los elfos nocturnos.

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